«El cine soy yo»

Cine

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Recordando a Luis Armando Roche Por Maurizio Fantoni Minnella Fue en la casa del director Carlos Oteyza, con motivo de una fiesta social que conocimos a Luis Armando Roche y su esposa Fafá. Nuestro amigo Fernando Lleras fue quien nos invitó, y era una noche como tantas otras en Caracas: una ciudad que yo estaba conociendo por primera vez. Así comenzó mi intensa relación con este país latinoamericano; con Caracas y toda su gente, con la que luego hice amistades entrañables: amigos con quienes compartiría en mis repetidos viajes a Venezuela. Luis Armando Roche fue uno de ellos. Inmediatamente resultó

Recordando a Luis Armando Roche

Por Maurizio Fantoni Minnella

Fue en la casa del director Carlos Oteyza, con motivo de una fiesta social que conocimos a Luis Armando Roche y su esposa Fafá. Nuestro amigo Fernando Lleras fue quien nos invitó, y era una noche como tantas otras en Caracas: una ciudad que yo estaba conociendo por primera vez. Así comenzó mi intensa relación con este país latinoamericano; con Caracas y toda su gente, con la que luego hice amistades entrañables: amigos con quienes compartiría en mis repetidos viajes a Venezuela.

Luis Armando Roche fue uno de ellos. Inmediatamente resultó ser una persona afable y un conversador brillante. Tenía una sólida conciencia de su función como cineasta latinoamericano combinada con un carácter apacible que lo rodeaban de serenidad y seguridad, también gracias a la presencia de su amada Fafá. Los dos se conocieron en París y pronto ella se convirtió en la mujer de su vida.

Era el cine el que le daba cuerpo y alma a nuestras conversaciones. El cine que estaba en el centro de su vida, y en una forma diferente, también en la mía.El cine soy yo fue el título de su ópera prima. Es la historia de un hombre que en una camioneta lleva la magia del Séptimo arte por la provincia venezolana. Y Luis Armando Roche fue el cine con todas las virtudes y limitaciones que enfrenta todo autor. Se sentía autor, aunque en la memoria tuviera grabado un sólo nombre por encima de todos los demás: Luis Buñuel, sobre cuya obra Luis Armando incluso escribió un volumen que yo guardo en mi rica filmoteca. ¡Qué maravillosa coincidencia que ambos amaramos al mismo director, ¡el maestro español del surrealismo!, ¡el maestro de la alegoría y la paradoja, Buñuel! Sin embargo, el ímpetu apasionado y a la vez estructural de Luis Armando se manifestaría más tarde en lo que él llamó una obra épica:Aire libre, 1996, la espectacular aventura de dos hombres iluminados: un alemán, Alexander von Humboldt y un francés, Jacques Aimé Bonpland, que descubrían las bellezas de Venezuela, su civilización y su bosque donde la vida y la muerte se persiguen y se anulan.

De su casa en la urbanización Bello Monte, Luis Armando Roche amaba especialmente la gran terraza donde se destacaba,la presencia de un chinchorro (el chinchorrito de su vida, como a mí me gustaba llamarlo) imaginándome sus siestas de la tarde porque a Luis Armando le gustaba tomar la siesta para soñar. Sí, porque el sueño era una parte activa de su inspiración. Allí en su terraza conversamos muchas veces sin interrupciones, cada uno expresando su propia visión del mundo y del cine o del cine como un mundo que, aunque se alimenta de cuerpos reales, vive de su propia luz. También en su hermosa finca, un terreno escarpado no lejos de la ciudad de Caracas, pasamos muchos momentos; allí, en ese lugar que sabía a madera de la más genuina, rodeados de una vegetación exuberante, conversamos, bromeamos, hablábamos con Miriam y Fafá, aunque a veces los dos nos distraíamos por observar la belleza de la naturaleza circundante y admirar los pequeños, y curiosos, animales que poblaban el lugar.

En el 2003, durante un viaje de Luis Armando y Fafá a Europa, rumbo a París, los dos se detuvieron unos días en Italia y vinieron a Génova, por eso mi esposa Miriam y yo nos alegramos de mostrarles la ciudad que también es un poco la nuestra. Desde la oscura belleza de los callejones medievales del centro histórico hasta la luz mediterránea de los grandes parques de Nervi, no había lugar que Luis Armando no quisiera conocer. Y a pesar de que enseguida comprendió que descubrir esta ciudad sería agotador para él, y amarla, quizás, más aún; como cineasta que era, se dejó llevar por la seducción de los lugares y sus formas, tanto que resuenan más verdaderas aún, ¡ahora, melancólicas!, las últimas palabras que hemos recibido de Fafá Roche: ¡siempre recordaba el súperdía pasado con ustedes en Génova! … Las mismas palabras a las que encomendamos su memoria, junto con las imágenes de su cine y el recuerdo de Luis Armando en un último retrato, ese de un hombre que sueña acostado en su chinchorro.

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Biografía del autor:

Maurizio Fantoni Minnella es escritor, crítico de cine, ensayista, estudioso de la literatura de viaje y del cine documental. Cineasta, fotógrafo y periodista. Tiene en su haber numerosas publicaciones y películas documentales realizadas en Italia y en el extranjero. Profesor en numerosos institutos culturales italianos de todo el mundo. Colabora con el periódico Avvenire y en los blogs culturales de Fondazione Nenni y Elettrivista/Parole spalancate. También dirige la sección Poevisioni y la Revista de Cine, Poesía y Realidad del Festival Internacional de Poesía de Génova. Entre sus publicaciones recientes destacan las obras de ficción: Il viaggiatore delle catastrofi, Italic Pequod, 2016, Geronimo è pazzo di nuovo, Italic Pequod, 2018; las ediciones literarias: Alejo Carpentier, Visione d’America;Frammenti di una cronaca di viaggi, Ibis edizioni, 2017; los ensayos: Il cinema e io Cronaca di un amore, Giuliano Ladolfi editore, 2017.

Film documentario d’Autore: una storia parallela, Odoya, 2019, Genova ritratto di una città, Odoya, 2020, La città che viviamo, ragionamenti di un esploratore urbano, Giuliano Ladolfi editore, 2019, Verso PonenteViaggio nelle periferie della Superba, Mimesis, 2021;gli scritti di viaggio: Geografie erranti, taccuini e pensieri di un viaggiatore, Giuliano Ladolfi editore, 2018. Y ha realizado las películas documentales: Noi i Neri, 2017, Formiche Rosse, 2018, Esilio La passione secondo Lucano, 2018; Fantasmi cileni, Libri di sabbia, 2019, y las exposiciones fotográficas: Mutazioni, 2017-2018, Parole di sabbia, 2020-2021.

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